Monday, February 20, 2012

Chiles y Cohetes por Stefanie Gómez

 Escrita e ilustrada por Stefanie Gómez


 Esta es una historia de mi vecino, Don Rocolfo, un científico mexicano que todas las mañanas me despierta con un nuevo cohete. El es un señor mayor con lentes redondos, bigote y cejas, nunca le he visto sus ojos ni su boca.
 Mi familia y yo nos mudamos aquí hace 3 años, recién llegados mi mama le hizo tacos de cena. Cuando entramos a su casa nos sorprendió la pared llena de diferentes objetos y decoración en forma de chile rojo, pero eso no era todo la pared que le seguía estaba llena de fotos, diplomas y trofeos que el se había ganado. Esa noche nos contó sobre su vida, y sus metas, en realidad no me acuerdo… sus paredes estaban tan llenas de misterio que me distraían. Después de esa noche nunca jamás volvimos.
 Eran las 5 de la mañana de mayo cinco , un día muy especial para Don Rocolfo, todos los años el lanzaba un cohete mas grande de lo que acostumbraba, pero estaba vez lanzo no solo un cohete sino ¡tres!… pintados con chiles, Nos preguntamos entre todos, porque este día y este año era diferente que todos!
 A las siete de la mañana  le llego un paquete muy grande era doble su estatura, el la empujo dentro del garaje y se encerró. No lo vimos salir en todo el día!
 Se escuchaban ruidos muy, muy fuertes; parecía como que si había una palea, tigres contra jaguares! Pero como sabemos que eso no es posible, asumimos que estaba trabajando en un nuevo cohete! Faltaba 20 minutos para las cinco de la tarde y el ruido se acabo! Era posible que Don Rocolfo ya había terminado con su nuevo invento? Podría ser un cohete doble su tamaño que puede llegar a Marte? O un ejercito de cohetes? ¡La curiosidad me consumía! Cuando me iba acercar por la ventana, Don Rocolfo puso rancheras muy fuertes todo el vecindario salio. El sol ya iba atardecer y todavía no sabíamos que era lo que Don Rocolfo tenia escondido. El vecindario esperaba en silencio, parecía haber un suspenso del cual nadie comentaba… En eso se comenzó abrir la puerta del garaje … duro una eternidad. Pero en eso … No pude creer lo que veía.
 ¡Don Rocolfo estaba manejando un carro en forma de chile! Salio con una sonrisa de oreja a oreja! Con sus rancheras a todo volumen, gozaba y cantaba; manejo por todo el vecindario disfrutando del atardecer. Nunca lo había visto tan feliz!
 El siguiente día llego, y no me levante a las cinco de la mañana … porque Don Rocolfo no lanzo un cohete. Baje las gradas y le pregunte a mis padres porque no había cohete? Ellos se voltiaron a ver uno con el otro, me sentaron. Mi papa narro ”Ante ayer Don Rocolfo fue hacer su chequeo al hospital, al parecer el cáncer se le había regado y el doctor le dijo que solo tenia 24 horas de vida.” Comencé a llorar inmediatamente, corrí dentro del garaje de Don Rocolfo, pensé encontrarlo ahí. Había una carta encima del carro que leía “Mi felicidad llego mas haya que un cohete, y mi sonrisa perfecciono  la forma de un chile.”
 El siguiente cinco de mayo, todos del vecindario lanzamos cohetes pintados con chiles, en memoria de Don Rocolfo, que ese día nos mostró felicidad.

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